Juegos Olímpicos: Argentina y dos derrotas impensadas en las ciudades de la furia

La competencia para Rugby 7 y para el fútbol comenzó el miércoles, antes del encendido oficial de la llama olímpica. El rugby 7, una de la esperanzas nacionales para obtener una presea, clasificó en la zona de grupos, pero perdió con Francia y se despidió de la posibilidad de conseguir una medalla. El sub 23 de Javier Mascherano, perdió finalmente 2-1, luego de un partido signado por un arbitraje insólito y la vergonzosa invasión de fanáticos marroquíes que siembran dudas sobre la seguridad en los Juegos. Ambos equipos sufrieron un clima hostil que enrareció los partidos.

Debut argentino con derrotas dolorosas en rugby 7 y en fútbol con una coincidencia: el clima hostil hacia nuestros equipos.

Rugby 7 de la esperanza al dolor de una derrota, en una final anticipada

La selección argentina había caído en el primer tuno contra Australia 22-14 y quedó en la segunda ubicación del Grupo B, tras vencer en el doble turno de ayer a Kenia (31-12) y a Samoa (28-12). El equipo dirigido por Santiago Gómez Cora, que era uno de los grandes candidatos del país a conseguir una medalla, perdió  en cuartos de final contra Francia por 26-14 en el Stade de France de Saint-Denis, en los Juegos Olímpicos París 2024. Fue un duelo muy caldeado dentro y fuera de la cancha. Ahora, los franceses enfrentarán a Sudáfrica, que le ganó a Nueva Zelanda, en la próxima instancia. Los Pumas, que contaron para este partido con la vuelta de Rodrigo Isgró tras la lesión de Germán Schultz por un esguince de grado 2, ya no tienen chances de defender el bronce olímpico logrado en Tokio, luego de los triunfos ante Kenia y Samoa, y la caída en manos de Australia. 

El sábado irá con Nueva Zelanda por la ronda clasificatoria del quinto al octavo puesto.  Argentina sufrió una pesadilla en el primer tiempo producto de una derrota parcial de 21-0. En el complemento, en tanto, recortó la diferencia gracias a una presión alta y al talento de sus figuras, pero la diferencia fue demasiado amplia a pesar de los tries de Isgró y Marcos Moneta. Para Francia, Aaron Grandidier anotó dos ensayos, mientras que Andy Timo y la estrella Antoine Dupont convirtieron los restantes.


Fútbol: derrota con Marruecos en un final escandaloso

Argentina no tuvo un buen debut. Aunque levantó con el ingreso de los suplentes, sobre todo de Giuliano Simeone, el mejor de la Albiceleste, y autor del descuento, el equipo argentino no pudo revertir el resultado (perdía 2-0). Los incidentes en el partido entre la Selección Argentina Sub-23 y Marruecos se originaron con el agónico gol de Cristian Medina para el 2-2 (había descontado Simeone), que luego sería anulado a instancias del VAR por offside de Bruno Amione. Faltaban segundos para que se cumplieran los inesperados 15 minutos de tiempo agregado, ya que el VAR  -en una nueva prueba implementada para esta competición-  hizo valer un cronómetro para el tiempo neto, parando el reloj ante cada demora de los jugadores en el partido que consideró deliberadas.

Mientras los jugadores celebraban en el campo de juego, desde las tribunas volaron varios proyectiles, los hinchas marroquíes invadieron la cancha y hasta explotó una bomba de estruendo cerca de Julián Álvarez, quien minutos atrás había sido abrazado por un espectador que se metió al campo de juego para abrazarlo y pedirle una foto. Los argentinos se retiraron escoltados por la policía, tapándose la cara por la gran cantidad de cosas que les tiraban desde lo alto del estadio, y todo terminó en un verdadero escándalo, a tal punto que los propios protagonistas no sabían si el encuentro había terminado o estaba interrumpido por incidentes. El árbitro sueco Glenn Nyberg se tomó unos minutos para evaluar la situación y no dio por finalizado el partido.

Una hora y media después, las autoridades obligaron a los equipos a ingresar nuevamente para que llevaran a cabo los movimientos precompetitivos, a la espera del fallo definitivo del juez, que iba a revisar en el VAR  la posición adelantada del argentino Amione, pero no una supuesta mano del marroquí Mehdi Boukamir dentro del área tras el remate de Nicolás Otamendi, justo antes de que la pelota terminara en la red. Apenas el silbato principal anuló la conquista, varios futbolistas argentinos fueron encima del árbitro, entre ellos Otamendi, la voz de mando de los albicelestes. El entrenador Javier Mascherano, por su parte, no se quedó callado y descargó toda su bronca desde el corralito: “Es el circo más grande que vi en mi vida».

Se consumieron los minutos extra (nunca aclararon cuánto ni por qué habían agregado más allá de los 15′) y Argentina no pudo conseguir un empate que hubiese sido épico y milagroso. El día después de la polémica, a su vez, también se vio marcado por el pedido de los puntos por parte de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que no correría con suerte en la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA). La escandalosa derrota de la selección en los Juegos Olímpicos París 2024 sumó un nuevo capítulo con las polémicas declaraciones de Amélie Oudéa-Castéra, la ministra de Deportes de Francia, quien calificó a los incidentes en el Stade Geoffroy-Guichardy (Saint-Étienne) como una «pequeña intrusión», o «más bien una travesura».

Dos comienzos anticipados en los Juegos, dos duras derrotas, el fútbol sigue con vida, Los Pumas 7, resignaron la defensa del bronce…

Por qué en Francia abuchean a Argentina

El jugador de Los Pumas 7 Santiago Moneta y 
el tatuaje en su pierna con la imagen de Lionel Messi besando la Copa del Mundo (@ScrumRugby)

Los hinchas locales hicieron sentir visitantes a los argentinos, silbando a Los Pumas cada vez que hacían su ingreso a la cancha (en los partidos ante Kenia, Samoa y Australia), además de reprobar el himno nacional y festejar los puntos que les convertía el rival de turno. Sin dudas, el mal recibimiento en Francia para con los argentinos está ligado no solo a la rivalidad futbolística que ha crecido entre ambos países desde la final de la Copa del Mundo de Qatar 2022, cuando Leo Messi y compañía se llevaron el triunfo en los penales. Las cargadas, los memes y las bromas de los argentinos hacia los subcampeones del mundo no fueron pocas. Incluso Emiliano ‘Dibu’ Martínez fue blanco de críticas por la manera en que los albicelestes celebraron esa victoria ante Les Bleus, siendo tachados de irrespetuosos y de no saber ganar.

A esto se sumó el polémico episodio que acabó por enojar aún más a los franceses: durante el festejo de los argentinos tras la conquista de la pasada Copa América, el jugador del Chelsea, Enzo Fernández, se tuvo que disculpar públicamente a través de sus redes sociales por festejar con sus compañeros la nueva copa obtenida entonando  una canción que se consideró ofensiva y racista contra algunos jugadores franceses. Estas polémicas solo alimentan y caldean las rivalidades del fútbol, trasladándolas a otros deportes.

En cualquier festejo, es común ver excesos, «memes» y burlas en las redes sociales. Sin embargo, es importante recordar que nadie compite para perder, especialmente en el más alto nivel deportivo. Lo realmente criticable es exagerar tanto las victorias como las derrotas, ya que estas actitudes desvirtúan el espíritu del deporte. Un ejemplo claro fue la selección argentina de fútbol, que sufrió varias finales perdidas en años recientes, antes de sus últimos títulos, entre ellos el de Campeón Mundial. Confundir la pasión con la violencia y perder de vista la esencia del deporte se ha vuelto preocupantemente común. Es fundamental recordar que tanto la grandeza al ganar como la dignidad en la derrota son esenciales para cualquier competencia. Sin estas dos virtudes, que parecen haber sido olvidadas en la era de las redes sociales, no hay ni habrá una verdadera justa deportiva.