Historias de los Juegos Olímpicos: La historia detrás de la historia: el “otro” Dream Team

En 1992, el equipo de básquet de Lituania fue apodado el “Segundo Dream Team” por sus destacadas figuras: Valdemaras Homicius, Rimas Kurtinaitis, Sarunas Marciulionis y Arvidas Sabonis. Este último, con sus imponentes 2,18 metros sin zapatillas, es considerado uno de los centros más importantes de todos los tiempos y hoy forma parte del Salón de la Fama de la NBA.

¿Quién ganó la medalla de oro en baloncesto masculino en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992? La respuesta es sencilla: el Dream Team de Estados Unidos, que arrasó a sus rivales en cada partido, con el que es considerado el mejor equipo de los sueños (Jordan, Magic, Bird y compañía).
La presea de plata fue para aquella Croacia de Petrovic y Kukoc, que resistió casi media final ante el poderío norteamericano.

¿Y la medalla de bronce?
El equipo que subió al tercer escalón del podio dejó una huella imborrable: la Lituania de Marciulionis y Sabonis.
Para aquellos que necesitan refrescar la memoria, el documental de 2012 dirigido por Marius A. Markevicius, «The Other Dream Team» (El otro Dream Team), es una excelente opción. El título lo dice todo. El equipo que hizo historia en Barcelona 1992 fue el de Estados Unidos, pero la aventura de Lituania merece un lugar destacado en los anales del deporte.

El país báltico se independizó de la Unión Soviética en 1990, y las principales estrellas del baloncesto lituano, que hasta entonces representaban a la URSS, expresaron su deseo de defender el honor de su verdadera patria.
La URSS había logrado el oro en Seúl 1988 y cuatro de sus integrantes lideraron el combinado lituano cuatro años más tarde en Barcelona: Arvydas Sabonis, Sarunas Marciulionis, Rimas Kurtinaitis y Valdemaras Chomicius. Pero la caída del muro de Berlín al año siguiente y la disolución de la Unión Soviética, fueron hechos históricos que cambiaron también al mundo deportivo.

Caída del muro de Berlín 9-11-89
 Independencia de Lituania: 11-03-1990

En septiembre de 1991, el Comité Olímpico Internacional aceptó la petición de reingreso de Lituania, abriendo así las puertas de Barcelona 1992. Y aunque todavía quedaban dos meses para que la FIBA también diera el visto bueno, los lituanos se pusieron manos a la obra para armar la selección.
El Preolímpico de Barcelona 1992 se dividió en dos fases. Una primera de 25 selecciones repartidas en cuatro sedes -Bilbao, Granada, Murcia y Badajoz- en la que pasaban los dos mejores de cada grupo, y una fase final en Zaragoza con ocho equipos y cuatro pasajes en juego.

Lituania empezó su camino en Badajoz, en un grupo en el que coincidió, por primera vez, con el Equipo Unificado de la ex Unión Soviética. Fue en el último partido, con el primer puesto en juego y un ánimo con sed de revancha. “En el vestuario les decía que íbamos a ganarles por un punto de diferencia por año de ocupación”, contó el español Javier Imbroda, por entonces director asistente del equipo lituano. No fueron 50 puntos, pero sí una paliza: 116-79.
Lituania ganó los siete partidos en Badajoz y los cinco que jugó en Zaragoza para cerrar el Preolímpico como la única selección invicta.

Alma de bronce

En la Apertura de los Juegos de Barcelona 1992, se tornó visible un mundo cambiante. Desfilaron la Alemania reunificada, una Sudáfrica readmitida y Estonia, Letonia y Lituania, las tres repúblicas bálticas independizadas, de la ex Unión Soviética.
Lituania comenzó el torneo con tres victorias consecutivas, incluyendo una remontada ante Venezuela y una victoria sobre Puerto Rico. Sin embargo, una derrota ante el Equipo Unificado en competición oficial les costó el primer puesto del grupo. Se recuperaron al vencer a Australia y luego a Brasil en cuartos de final, donde Sabonis y Marciulionis (primer lituano que estaba jugando en la NBA), brillaron.

En semifinales, enfrentaron al Dream Team, que los venció 127-76. La lucha por el bronce los enfrentó nuevamente al Equipo Unificado. Sabonis y Marciulionis lideraron a Lituania a una victoria histórica, otorgándoles el bronce con mayor sabor a oro jamás visto. Como dijo Sabonis en el documental «The Other Dream Team»: «La medalla de Seúl era de oro, pero este bronce es nuestra alma».

Lituania apareció en la ceremonia de entrega de medallas con las camisetas de la legendaria banda de rock Grateful Dead, cuyos integrantes entregaron al equipo un cheque de 5.000 dólares para que pudieran participar en los partidos, junto con una caja de camisetas tie-dye (remeras con la imagen de un esqueleto lanzando al aro en su parte delantera). No solo lo hicieron como agradecimiento, sino también como un simbolismo más en la historia de aquel grupo en su camino hacia los Juegos de una nueva era llena de color, en contraste con el gris de la ex Unión Soviética.